El proceso de envejecimiento, sumado a otros diversos factores, favorece que la población adulto mayor sea vulnerable a presentar limitaciones funcionales. La Kinesiología Geriátrica permite prevenir, tratar y rehabilitar diferentes patologías propias de la tercera edad, como: artropatías, accidente cerebrovascular, cardiopatías, diabetes, entre otras.
Del mismo modo, la Kinesiología Geriátrica es una gran promotora del envejecimiento activo a través de la actividad física, con el fin de evitar el sedentarismo, los trastornos de movilidad y los problemas secundarios a éstos, convirtiéndose en un pilar fundamental en el restablecimiento de la funcionalidad del adulto mayor.